Comunicación para el Bienestar
Convivir.Info
Living Together & Coexisting.



Observatorio Global sobre Convivencia

Conversando con...

José Luis Pinillos. Premio Principe de Asturias de Ciencias Sociales 1986. (1919 2013)

Juan Carlos Olea: Vamos a reflexionar sobre los escenarios de la nueva Psicología.

José Luis Pinillos: A finales del siglo XX hay una crisis que marca un cambio. La modernidad pensó que ellos eran el repuesto de sí mismos. La ilustración pensaba que podían permanecer, que seguirían siendo ellos mismos. Pero es una utopía, una ilusión que no se ha cumplido nunca. Todo lo que empieza termina y las épocas también.

J.C.O: Hablemos ahora de psicología.

J.L.P: Al comienzo, la Psicología científica se hacía a imagen de la física. Esa era la gran crítica a la psicología: que imita. Pero, en el siglo XIX, la única manera de hacer ciencia era esa, apuntarse a la ciencia natural: la física, la biología. No había otra forma y daba resultado.

J.C.O: La metodología positiva cumple sus objetivos, pero la Psicología no debe reducirse a imitar el campo del positivismo.

J.L.P: Sólo eso es lo que no está bien. Una de las formas en la que la modernidad se vuelve contra sí misma, es en el concepto de la razón. En la adopción de un tipo de razón reduccionista. Es verdad que, en el mundo actual, la razón que cuenta es un disparate de máximas consecuencias. La razón debe ser mucho más que eso.

J.C.O: Y la Psicología debe indagar en ello...

J.L.P: A mí me enseñó psicología científica Eysenck. Mi formación es humanística, dentro de la filosofía, pero ya Galileo hizo excluir todo concepto mental: juicios de valor, finalidad, experiencia interna. Eysenck me decía: “Mira José, no me hables de eso, que de eso no entiendo y no quiero meter la pata”. Alguna vez hablamos de la experiencia interior, que es lo que había excluido el conductismo, pero poco. Para la física estuvo muy bien, pero, al imitar la psicología a la física, tuvo que renunciar también a la experiencia interior, o no entraba entonces en la Ciencia.

J.C.O: Pero, la experiencia interior es clave. La Psicología que indaga en la experiencia interior es una revolución silenciosa:

J.L.P: Está intentándolo y es el camino. Lo que pasa es que hay que fundamentarlo.

J.C.O: Desde el punto de vista metodológico...

J.L.P: Y desde el punto de vista epistemológico. Galileo dice: para hacer física lo único que debe tenerse en cuenta son las observaciones, la aplicación de categorías. Para seguir incluyéndose en el club de la Ciencia, hay que renunciar a la experiencia interior. Y va renunciándose poco a poco... con el asociacionismo, que la sustituye por grupos asociativos, un mecanismo regido por la inercia. No hay unidad propia del ser humano.

Freud explica todo esto muy bien. Luego, todo ha sido ir viendo cómo acomodar la realidad del hombre con la metodología de la física. Y así, el conductismo clásico que no considera la experiencia interior y que, sin embargo, cuando se plantea eliminar fobias usa imágenes mentales.

Aceptar el impulso interior está en la visión del hombre desde el principio de los siglos. Algo que ya le preocupaba a los griegos: lo que mueve al hombre es invisible para el hombre.

J.C.O: Una cuestión es sí esta dificultad para establecer una metodología positiva para el abordaje de la experiencia interior, no puede estar distrayéndonos respecto a la capacidad de cambio positivo que tiene la psicología práctica.

J.L.P: Eso estaría muy bien si se pudiera hacer. Pero, para eso hay que demostrar cómo se hace. Es como una especie de círculo vicioso.

J.C.O: Si, pero, cuando nosotros cuestionamos determinadas psicologías que tienen una influencia y una capacidad de cambio positivo ¿no estamos dificultando, al asociarlas a un determinado déficit metodológico, el despliegue de sus competencias?

J. L. P: Es verdad. Es evidente que es una de las dificultades y que hay ese déficit.

J.C.O: Y el pragmatismo... Ese reporte del individuo, de dentro a fuera, que dice: “esto funciona...

J.L.P: Eso está muy bien en la práctica de la vida. Pero no tiene la articulación, ni el montaje, ni la formalidad del método científico.

Mayo 2004