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Una sociedad emprendedora para una sociedad mejor

María Calvo. Directora de Ashoka en España (2009)

Si hay dos conceptos clave ligados a Ashoka, éstos son emprendimiento e innovación. Existen múltiples definiciones y aplicaciones para ambos términos pero, para Ashoka, ambos calificativos tienen un significado muy concreto. Forman parte de nuestra particular visión del mundo.

Pero empecemos por el principio. ¿Quiénes somos? Ashoka es la mayor red de emprendedores sociales del mundo. Comenzó su andadura en 1980, de la mano de Bill Drayton, mundialmente reconocido por haber sido el primero en acuñar el término ‘emprendedor social’ y por haber sido pionero en adaptar el modelo de capital riesgo al sector social, y actualmente está presente en 70 países y cuenta con más de 3.000 emprendedores.

El perfil de Emprendedor Social que Ashoka identifica y apoya es el de una persona que conoce y comprende un problema y, debido a su experiencia, posee una visión innovadora y pragmática para resolverlo. Un individuo que una vez que ha dado con el nuevo modelo, se dedica a lograr su objetivo de manera emprendedora y creativa. Que no descansa hasta conseguir el mayor impacto social posible, y esto le lleva a un compromiso a largo plazo para generar un cambio duradero; y por último, pero clave para formar parte de la red global, Ashoka busca personas con una ética incuestionable.

Lo que diferencia a Ashoka de otro tipo de organizaciones es fundamentalmente la búsqueda y el apoyo de la innovación, convencidos de que, al igual que sin innovación una economía no crece, sin ella tampoco avanzan las sociedades. Los Emprendedores Sociales atacan las causas de raíz de los problemas. Ensayan y prueban hasta que dan con la solución que rompe el círculo vicioso que provoca un problema y después diseminan esta solución y transforman una realidad social.

Ellos y ellas son, a nuestro juicio, la fuerza más poderosa para provocar transformaciones sociales, ya que su impacto inspira a otros individuos a adoptar y difundir sus innovaciones, y además permite que personas de cualquier lugar del mundo imaginen o prueben sus propias ideas para producir cambios sociales significativos. Porque nuestra visión última es que “todo el mundo puede cambiar el mundo”, es decir que debemos contribuir a la construcción de una sociedad en la que todas las personas cuenten con la libertad, la confianza y el apoyo de su comunidad para resolver cualquier necesidad social y donde se fomente la innovación y el deseo de cambio, de manera que las personas encuentren en ellas mismas la fuerza y el poder necesarios para generar transformaciones.

Ashoka comenzó su trabajo en países pobres, especialmente en Asia y América Latina, entendiéndo que los Emprendedores Sociales debían jugar un papel clave en el desarrollo de sus regiones. Pero con el paso de los años, se vio que en todos los sitios, incluso en las sociedades de los países más desarrollados económicamente, había retos sociales y problemas que afectaban a sus sociedades y a los que ni gobiernos ni organizaciones sociales aportaban soluciones duraderas. Las problemáticas eran distintas, pero no por ello menos importantes. Así, de apoyar Emprendedores trabajando en cuestiones de supervivencia (pobreza, acceso a agua potable o sistema sanitario básico, etc) se amplió el número de países y por ende la variedad de temáticas. Pero la red sigue teniendo un eje común. Todos y cada uno de los miembros que la conforman comparten las características que ya hemos mencionado en su forma de ser y su metodología de trabajo.

Pensar que nuestras sociedades acomodadas lo tenían todo solucionado era un error que se descubrió al empezar a trabajar en algunos países de Europa, EEUU o Canadá. Cuestiones como la violencia de género, la integración de los inmigrantes, el cuarto mundo, el medio ambiente o los sistemas penitenciarios salieron rápidamente a la luz, al igual que surgieron y se identificaron Emprendedores Sociales que ya estaban trabajando en esos sectores, algunos de ellos con enormes dificultades.

Generalmente, los Emprendedores Sociales, con su actuación, están enfrentándose a modos tradicionales de afrontar los problemas sociales, pero el hecho de que el 93 % de las ideas hayan sido reproducidas por otras organizaciones y/o gobiernos, que el 56% haya conseguido impactar en las políticas nacionales o que el 66% de los emprendedores sean considerados líderes en su campo de acción, según el análisis de impacto realizado por Ashoka a nivel global, demuestra el valor de apoyar a estas personas y de desarrollar un marco de estímulo para los Emprendedores Sociales.

Mirando al futuro, nuestro reto no es sólo seguir identificando y apoyando emprendedores, para que sus ideas mejoren el mundo en el que vivimos, sino transformar la sociedad en la que vivimos, para que sea, en su conjunto, más emprendedora. En ese sentido, una de las claves es la juventud, y de ahí que uno de los programas prioritarios que Ashoka se plantea para estos años es ‘Jóvenes Changemakers’, una iniciativa que tiene como objetivo ‘sembrar la semilla’ del emprendimiento social en los y las jóvenes.